Hace un tiempo la revista Inc preguntó a los empresarios y gerentes de seiscientas empresas qué porcentaje de sus respectivas plantillas creían que podría citar las tres prioridades de la empresa. Los ejecutivos predijeron que el 64% sabría citarlas. “Craso error” sólo el 2% supo hacerlo. Esto no es una excepción, tendemos a suponer, a creer que los demás “ven como nosotros vemos”, que lo que es importante para mi también lo es para el otro, “sólo” porque es nuestra pareja , nuestro empleado o el gerente de mi empresa tenga ese “rol”. Los mejores líderes con los que me encuentro están continuamente comunicando sus prioridades, ya sea en carteles con frases alusivas por las paredes, al pie de las firmas de los correos electrónicos, entretejidas en los almuerzos y en las cenas. Repiten una y otra vez lo “importante” hasta que se convierte en el “oxígeno” del otro o de su equipo.
¿Nuestra propuesta? Deja de suponer. Maneja las evidencias. Y te dejamos esta pregunta para que la respondas tu mismo: ¿Qué pasaría en tu vida si dejaras de suponer?
Si eres gerente, madre, padre, entrenador deportivo, empresario, si preparas oposiciones, si lideras a un equipo.. ¡Quítate de suponer!