La tendencia nació en ciudades como Nueva York y Londres, donde artistas, diseñadores y chefs buscaban alternativas para ofrecer y difundir sus creaciones como alternativa al local tradicional y ahorrar costes fijos y de estructura.
Se trata pues de manifestaciones creativas, de carácter efímero, que cuentan con la participación espontánea del publico existente. El objetivo es cambiar la posición pasiva del espectador e involucrarlo de forma activa en la acción.
Esta experiencia proviene de los happenings de la década de los 50 en la que los artistas interactuaban con quienes pasaban por allí y buscaban generar un mayor impacto en los espectadores.
Se han puesto de moda las tiendas pop ups, pero para crear el efecto buscado debe de haber algo más que una tienda. Debe ser una experiencia de marca en la que el merchandising, debe estar perfectamente estudiado, para conseguir lo que queremos comunicar. Para ello debemos realizar un proyecto de decoración y diseño en el que la arquitectura efímera sorprenda al espectador.
Los participantes en estos eventos disfrutan de un entorno sorprendente, envueltos en cierto aire de clandestinidad, pero siempre impregnado de un toque de exclusividad.
Esta tendencia también se ha trasladado a chefs de moda y con ganas de darse a conocer de forma que organizan cenas originales en casas particulares, naves, sótanos, terrazas… En algunos casos los comensales no se conocen y también es una forma de relación social.
A este fenómeno también han contribuido las redes sociales donde el evento se difunde rápidamente y en un corto periodo de tiempo. Se crea la expectativa con una decoración sorprendente en la que aparecerá para rápidamente desaparecer
Se trata de «marketing experiencial», es decir, crear emociones, impactar y sorprender.
Este tipo de tiendas “de quita y pon”, benefician principalmente a dos tipos de empresas:
A las tiendas «on line» que no tienen un espacio físico permanente donde el público pueda acudir.
A las tiendas que acaban de abrir y que no pueden asumir grandes costes y que quieren tantear el mercado antes de lanzarse.
El carácter efímero de estas tiendas no es sinónimo de baja calidad, si bien al contrario les otorga un aire de exclusividad por su temporalidad y los objetos que se ofrecen.
Para terminar solo añadir que se da en ciudades en continuo movimiento y en una constante búsqueda de interacción entre sus habitantes.