Cualquier ser humano que se precie ha sentido vergüenza, en mayor o menor medida, al hablar en público o realizar otro tipo de acciones siendo el centro de atención. Parece ser que es una reacción o problema común pues no estar cómodo frente a los demás nos afecta negativamente a la hora de desarrollar la actividad. Mermando nuestro rendimiento y habilidades.
Con el paso del tiempo y la madurez personal, es cierto que estas situaciones van disminuyendo pero las personas que no son capaces de hablar en público, que son muchas, mantienen y arrastran este problema durante toda su vida. Por suerte, el miedo escénico no es incurable. De hecho se puede tratar y erradicar por completo, siendo este el tema del que hablaremos hoy.
¿Qué es el miedo escénico?
El miedo escénico, también conocido como ansiedad, es una especie de trastorno que afecta a tu percepción y funcionamiento tanto físico como mental. Nuestra mente se centra en la idea de que las personas que te rodean te van a juzgar, generando una inseguridad en el individuo que la lleva al error. Es una repuesta desproporcionada y poco útil que nuestro cuerpo ofrece al estímulo de la presión social.
El miedo escénico puede aparecer en mucho ámbitos distintos, aunque se generaliza en el hecho de hablar en público. Es muy común ver este tipo de situaciones en colegios o universidades, donde los estudiantes tienen que hacer presentaciones y ponencias sobre trabajos, prácticas o ejercicios.
¿Por qué existe el miedo a hablar en público?
Como hemos explicado unas líneas atrás, el miedo escénico deriva de la vergüenza que sentimos cuando fracasamos delante de los demás. Cometer errores en público es fatal para nuestra autoestima y mentalidad, por lo que el hecho de exponerse nos hace sentir esta vergüenza que nos paraliza. En el caso de hablar en público, tenemos miedo a no expresarnos correctamente, a hablar sobre algo en lo que los demás no estén de acuerdo.. todo ellos nos lleva a un estado físico y mental que nos fuerza al error.
También, los nervios juegan un papel fundamental en esta historia. Exigirse a si mismo, querer estar a la altura, mostrar lo mejor de ti.. nos hace ponernos nerviosos, lo cual puede derivar en un miedo escénico. Sentir vergüenza por haber errado en una palabra, volvemos a lo mismo..
¿Hay tratamiento? Enfoque del coaching
El coaching de calidad, como ya hemos dicho antes, se centra desde un enfoque empírico, en las capacidades de las personas y en la idea de que con entrenamiento y preparación todo es posible. En cuanto al tema del miedo escénico, no existen aspectos objetivos que nos lleven al error. Es decir, es nuestra propia subjetividad, nuestra propia mente la que proyecta situaciones en las que lo hacemos mal y fracasamos, pero no por falta de aptitudes o cualidades. Quizá lo que nos falta es personalidad y confianza en nosotros mismos.
Por lo tanto, nuestra disciplina de coaching puede abordar el problema del miedo escénico con vistas a obtener excelentes resultados. Ya que el coaching, al centrarse en el descubrimiento y la potenciación de las habilidades que ya tenemos o podemos adquirir, nos ayudará a solventar la vergüenza con creces.
Prácticas y técnicas para superarlo
Para aprender a superar el miedo escénico existen técnicas de relajación tanto físicas como mentales que te pueden venir de maravilla. Es importante puntualizar que cualquier técnica que se use para solventar el problema in situ son positivas, pero para erradicar por completo estas situaciones, el trabajo de coaching profesional es indispensable.
- Localiza tu miedo: A veces no sabemos si quiera qué nos está sucediendo. Determinar por qué sentimos miedo. Visualizar que es lo que no queremos que suceda. Incluso cuando es físico, localizar dónde nos afecta, nos puede ayudar a solventarlo o suavizarlo.
- Dosifica tus emociones: Tanto las de efusividad y felicidades como las de pena o vergüenza. Tratar de controlar y mantener la calma, reflexionando, te dará una fortaleza mental que te ayudará.
- Aliméntate adecuadamente: Una alimentación sana y equilibrada hará que tu cuerpo se encuentre en un estado óptimo y te aporte la energía necesaria para que tu mente discurra con normalidad.
- Vence al miedo: Al final, el miedo es algo que debemos afrontar. Detecta qué es lo que te da miedo hacer y hazlo. Sin pensar en las consecuencias.
- Comparte tus vivencias: Hablar con tus amigos y compañeros. Comparte tus inquietudes, normaliza tu situación.
- Exprime lo que te funcione: Si ves que ciertas acciones, pequeñas manías o formas de actuar de van bien.. repítelas.