esperanza

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La esperanza es el denominador común para el ser humano, porque hablamos de un sentimiento que jamás se pierde. Aunque a veces, más que un sentimiento es más una necesidad. Conforme nos encontramos mejor, obtenemos mejores resultados, cumplimos nuestras expectativas… nuestra esperanza crece más. Y cuando peor nos encontramos, nos salen mal las cosas… la esperanza decrece, y nos da incluso la sensación de que desaparece, aunque siempre se queda ahí.

Pero… ¿Qué es en realidad la esperanza?

Hablamos de un estado de ánimo optimista que se relaciona con resultados positivos o beneficiosos para la propia persona. La Real Academia Española la define así: «Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea». En la acepción cristiana: «En la doctrina Cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios de los bienes prometidos». En cualquier caso, la esperanza es esperar algo bueno, de manera muy genérica, y por lo que ya podemos ir razonando, es un atributo emocional que todas las personas debemos tener y trabajar.

La esperanza, parte fundamental del pensamiento positivo

Ya hemos hablado en numerosas ocasiones de los beneficios del lenguaje positivo y del coaching positivo. Las palabras adecuadas activan en mayor medida partes del cerebro que nos ayudan a encontrarnos mejor, trabajar mejor y obtener mejores resultados. Y, efectivamente, de manera indirecta, nos ayuda a incidir en la esperanza, que como hemos visto es un estado de ánimo que va ligado a una forma de pensar positiva y optimista. Al final, todo está relacionado. El lenguaje positivo, encontrarse bien, la esperanza, el pensamiento positivo… todas forman parte de una rueda de beneficios, virtudes y buenas experiencias.

Tips para mantener tu esperanza intacta

Es de vital importancia, y de salud emocional, mantener esta esperanza intacta. Por eso os queremos dar estos tips para que la trabajéis:

  • Permítete el lujo de soñar, de creer, de tener grandes aspiraciones.
  • Tómate cualquier estímulo externo, noticia, programa, como ayuda y excusa para cultiva tu esperanza
  • En momentos de fracaso o debilidad: Opta por la opción más alentadora y atrévete
  • Visualiza una imagen esperanzadora y positiva de cualquier reto que tengas ante ti
  • Muy importante: Rodéate de gente positiva y esperanzadora
  • Déjate inspirar por figuras que te fascinen
  • Déjate llevar por la esperando, nunca la coartes.
  • Asume el fracaso como algo «normal», úsalo para superarte y aprender, nunca para hundirte.