¿Es posible tener una vida sin problemas ni complicaciones? No. Eso no existe. Si te paras a pensarlo fríamente, ¿Cuántas semanas han pasado en tu vida sin que surja un problema o una dificultad que no estaba planeada? Muy raro que juntes varias semanas seguidas sin alguna decepción o desencuentro de cualquier tipo. Entonces, ¿Cuál es el problema de tener problemas? No estar preparados. No asumir que son algo normal. No comprender que la vida sigue y que tenemos que superarlos.
¿Te has equivocado alguna vez? ¿Cuántas veces te has caído?
Nadie, absolutamente nadie se libra en su camino de tropezar, caerse y fracasar. Además, tenemos caídas de toda índole: personales, profesionales, familiares, emocionales, físicas… Pero para eso están, para enseñarnos que una vez caemos, nos podemos y debemos levantar. Con una enseñanza nueva además, la cual nos servirá para ir evitando futuras caídas, o limando estas mismas. Esto es lo que conforma la experiencia, un valor vital en nuestras vidas.
Además, y en consonancia con lo dicho anteriormente, cada vez que te tropiezas, nunca vuelvas al punto de partido. Vas sumando experiencias que te conforman como persona, que te hacen aprender y crecer, y que te ayudan a alcanzar tu cima personal.
El peor enemigo eres tu mismo
Nuestras expectativas suelen ser las peores consecuencias de nuestras caídas. El rol que ocupamos en la sociedad, nuestras aspiraciones en base a lo que los demás esperan de nosotros… Hablamos de aspectos irreales pero que en realidad nos afectan. Menuda paradoja. Por lo tanto, darse cuenta de que, en realidad, nosotros nos enjuiciamos, te liberará muchísimo. Aceptar el error, el fallo… No pasa nada, ES NORMAL.
Los problemas son algo pasajero
Es cierto, son una constante ¿Y qué? Vienen y se van. Por ello no es necesario hacerles más caso que el de solucionarlos, siempre que se pueda claro. Evidentemente, no podemos dejar de preocuparnos por ellos. Debemos darles solución siempre que podamos. Debemos ser responsables y no obviarlos, pero que no se conviertan en más de lo que ya son.
El coaching de calidad ofrece numerosos mecanismos para afrontar este tipo de situaciones. Lidiar con todo tipo de problemas personales, profesionales, de grupo… para alcanzar nuestros objetivos y metas.